Con pan y cafecito, te recordamos en todo, tanteamos sin tapaojos, desde los márgenes, como mestizas en Nepantla mientras practicamos magia, the path of conocimiento

Sección: Homenaje

Working Through the sustos and the Excavation of New Language for Continuous Healing

Candace de León-Zepeda 1

Dearest Gloria,

Like so many scholars, artists, poets, activists, and organizers, you came to me at a pivotal time in my life in academia. This space, often unwelcoming, was also intimidating and, of course, didn’t roll out the red carpet for a first-generation Chicanita, the daughter of parents who once labored in the fields picking cotton. I was accustomed to spaces, mostly home, where language was constantly shifting between Spanish and English, physical labor was valued, and regardless of financial circumstances, pan y cafecito was always offered to any unexpected visitor. It was these times I cherished most because I would get to sit and listen to my parents and guests tell stories while sitting at mi mamma’s prized hand-me-down kitchen table.

By the time I eventually made it to university, it was an unfamiliar and unwelcoming space where I often felt invisible and which resulted in my silence and feelings of inferiority and ignorance. I searched for professors who were storytellers, or who would re-envision their classrooms to feel like my parent’s kitchen table. Most semesters, this was not the case and I was left alone and desperate to find a connection to the material. If it wasn’t for the few brown cohort members I gravitated to, I would have never managed to graduate.

But I remember the day I read your poem, “To Live in the Borderlands”, everything changed; I was no longer invisible. It was the first time I read someone who I felt was telling my story and recognized the complexity of living in the borderland space. I was hungry for more and soon discovered Borderlands: La Frontera, or, you found me. Reading that book was my salvation and I read it so many times that the cover fell off and I taped it back wiping tears because I felt that I betrayed the delicacy of this sacred book. Borderlands was my story, Gloria, and my family’s story and helped me to find the courage to continue my studies. It was your work that led me to also discover Chicana feminism, which would lead me to my spiritual and academic mentor, Norma Cantú. It was a serendipitous meeting with Norma, who was recruiting me to continue my doctoral studies under her direction. I asked if could do work on Gloria and other Chicana feminist authors; she smiled, nodded her head, and said of course, and encouraged me that this work mattered. My work mattered.

Gloria, your work has been pivotal to my life and central to my scholarship which continues to address ways professors can reimagine their classrooms and pedagogies and build bridges to students’ own literacies and communities. This work would soon come to fruition upon the invitation to co-edit the new text, Teaching Gloria E. Anzaldúa: Pedagogy and Practice for Our Classrooms and Communities, with my co-editors, Norma Cantú and Margaret Cantú-Sánchez; one of the proudest accomplishments of my professional life and a tangible way I could honor your work and message, Gloria.

On your birthday, Gloria, I honor you and your memory by drawing on your call for our continuous self-discovery, meaning making and creation. I honor you with a perpetual pursuit of reconstructing myself to find my voice and to excavate new language for continuous healing and hope. Like Coyolxauhqui, I work through the sustos of our broken world that leave our bodies broken and bloodied, and I claw through the wounds and the flesh to birth new skin, new language and new spatial realities in the academy, carving out a Third space where I am always reminded to do work that matters. As a professor, department chair, and mentor, all students are seen and welcomed; storytelling and new languages embraced and encouraged in the classroom. These last four years I turn to your study of the desconocimientos in order to make sense of our oppressive and visceral political discourse. In Light in the Dark, your experiences post 9/11 and confronting what you called the “increasing tensions and conflicts” resulted in your “sheer mental, emotional, and spiritual anguish.” As a professor of writing, I now see this same anguish on my students’ brown bodies and in their language. Many feel broken and targeted with this administration and due to living through a world-wide pandemic. But then I introduce your work and your call to action to imagine a different world, and students feel comforted by your words, they feel seen, but more importantly they feel permitted to map their traumas with a pursuit towards achieving spiritual activism. I want to close this letter with hope. In Light in the Dark you introduced what you called “an epistemology of the imagination” that summons “magical thinking.” Gloria, I honor your legacy with this concept and encourage students to find the magic of their own stories, their families, and their communities. I honor you.

Feliz cumple, Gloria.

Candace

Así como Coyolxauhqui, ahora entre tanto nos toca volver a resistir

Denisse García Moreno 2

Muchas cosas quise decir, muchas cosas escribí, muchas hojas rompí y no sé si al final es lo que quería decir, pero el último borrador, son palabras de mi corazón.

Estábamos en el Ajusco y una imagen me hizo mantener mi mirada fija, esa voz tranquila, pero que nos hacía reflexionar, era la de mi querida Coco, me hizo voltear a ver una serpiente, aquellas que durante años había temido: les tenía pánico. Pero, ¿por qué había de sentir miedo? Y, claro, ese trabajo de desmitificar todo aquello que el patriarcado ha construido o robado, pues no es fácil. Nuestra identidad, sobre todo, es necesario fortalecerla, hacerla crecer, pero principalmente vivirla. Todo eso me hizo reflexionar, una y otra vez: las imágenes reconstruyen, nos llevan a realidades, nos llevan de la emoción al conocimiento, hay tanto en las imágenes que las palabras no nos pueden decir, así fue mi acercamiento a Gloria: analizando sus imágenes, reflexionando en colectivo, pero resonando en lo personal, en mi cuerpo, en mis pensamientos, en mi imaginación, en mi identidad. Esa identidad que tuvimos que arrancarla a la conquista y mezclarla con lo que nos llegó, nos hicimos mujeres de café y de maíz, y aquí en los cafetales, en el día al día, los árboles, el agua, las abejas nos sostienen; me sostienen al seguir este camino; hay días cansados, días difíciles, días de éxito, días felices, y nuestra mente no deja de pensar y recuerdo “Nada sucede en el mundo real, a menos que primero ocurra en las imágenes de nuestra cabeza”. Así pasa con las mujeres, con mis mujeres, mis amigas, hermanas, con las que comparto, con las que soñamos, con las que construimos, en esos momentos, Gloria está aquí.

Porque las mujeres que estamos en el campo coincidimos con Gloria, es importante tender puentes en este mundo que habitamos, donde buscamos hacernos visibles, este mundo que habitamos, contra este mundo que nos discrimina, que nos construyen, el mundo que trata de construirnos, pero nosotras no lo queremos así, no queremos ser solo un número, por eso resonamos en esa lucha de las disputas, de raza, de origen; alzamos la voz. Tenemos que alzar la voz.

La pandemia ha significado encierro, depresión, invasión a la privacidad, tantas cosas han pasado. Las grietas se abren cada vez más; se abrieron nuestros cuerpos, se han fraccionado, así como Coyolxauhqui.

Ahora, entre tanto, nos toca volver a resistir, en estas resiliencias, estas resistencias y juntarnos, para volver y para volver a tender puentes, con las otras, con les otres, para cambiar las narrativas, la reescritura, así como lo hizo Gloria.

Ahora hay retos con las juventudes, con les niñes, en las formas de aprender ahora mejor. Nos queremos quedar con los cuentos, con las imágenes y con los sueños.

Desde los cafetales, con mi taza de café, con los árboles, aves, abejas, flores y todo lo que nos puedo ver, te recordamos Gloria: un abrazo. Te lo mandamos, felices de encontrarte, gracias por permitirnos reflexionar y entonces vuelvo a recordar, “a veces no soy nada ni nadie, pero hasta cuando no lo soy, lo soy”.

Plasmar las voces en diversas tintas

Miranda Amairany Flores Cházaro 3

En su carta del 21 de mayo de 1980, “Hablar en lenguas. Una carta a escritoras tercermundistas”, Gloria Anzaldúa hace un llamado a todas las mujeres de color a confrontar y atravesar los problemas a los que se enfrentan. Hace una crítica severa a la invisibilización hacia las mujeres de color, hacia como la voz de las mujeres de color no está presente en el llamado por ella “mundo de las feministas blancas”, donde no son aceptadas por la incapacidad de reconocer los privilegios de clase, sino que también son repudiadas por quienes no se molestan en tratar de entender o aprender su lengua o su cultura.

Gloria Anzaldúa hacía una crítica no solo de que la mayoría de los escritos publicados se encuentran en lenguas dominantes, como lo son el español o el inglés, y que esta escritura se privilegia sobre otras, sino que también de cómo esto causa el abandono de la lengua nativa, lanzando una crítica a cómo la escritura de los hombres está aún sobre todos estos tipos de escritura.

De manera que para Gloria Anzaldúa el lenguaje se convertía en una guerra, en la que, para ganar la palabra y para lograr ser escuchadas, se terminaba por arriesgarlo todo: perder la lengua, perder la cultura e, incluso, perderse una misma.

Bien, Gloria Anzaldúa se cuestionaba en su carta: “¿Quién nos dio el permiso de realizar el acto de escribir?, ¿por qué será que el escribir se siente tan innatural para mí?, ¿quién soy yo, una pobre Chicanita del campo, que piensa que puede escribir?, ¿cómo aún me atrevo a considerar hacerme escritora mientras me agachaba sobre las siembras de tomates, encorvada, encorvada bajo el sol caliente, manos ensanchadas y callosas, no apropiadas para sostener la pluma, embrutecida como animal estupefacto por el calor? Qué difícil es para nosotras pensar que podemos ser escritoras, y más aún sentir y creer que podemos hacerlo. ¿Qué tenemos para contribuir, para dar? ¿Acaso no nos dice nuestra clase, nuestra cultura, tanto como el hombre blanco que el escribir no es para mujeres tal como nosotras?”.

Uno de los principales problemas, como bien mencionaban Gloria Anzaldúa y bell hooks, es que seguimos permitiendo que los medios de comunicación de masas sean controlados por el patriarcado, de manera que la mayoría de los “escritores profesionales” son hombres, y que la mayoría de las mujeres que logran entrar en este mundo, son aquellas pertenecientes a clases privilegiadas, mientras que, por otro lado, se inculca a las mujeres de otros sectores a que no pueden serlo, de manera que la escritura profesional para las mujeres no pertenecientes a las clases privilegiadas puede pensarse como Gloria Anzaldúa escribía: “Sí, tal vez si vamos a la universidad. Tal vez si nos hacemos varón-mujeres o tan media clase como podamos. Tal vez si dejamos de amar a las mujeres, mereceremos tener algo que decir que valga decirse. Nos convencen de que tenemos que cultivar el arte por el arte. Inclinarnos al toro sagrado, la forma. Poner cuadros y metacuadros alrededor de la escritura”.

Para Gloria Anzaldúa el acto de escribir no es simplemente la acción de escribir, sino el acto de hacer el alma. Para ella el acto de escribir era alquimia: es en la escritura que se hace la búsqueda de una misma, del centro del ser, que a nosotras como mujeres nos han llevado a pensar como lo “otro”, “lo oscuro”, “lo femenino”. Y es en el ejercicio de la escritura que comenzamos a reconciliar ambas partes. De manera que este ejercicio debería de rescatar no solo lo que se dice por aquellos pertenecientes al ámbito de la escritura profesional, sino los escritos de todas aquellas que quieran plasmar el alma en la escritura.

En un mundo donde la información fluye de manera tan rápida, deberíamos ser capaces de abrir la escritura como una práctica general que rescate las vivencias de todos aquellos que quieran hacerlo, de manera que se levante la voz por medio de la escritura, que se documente la perspectiva de la mujer de los sucesos actuales, permitiendo reapropiarse de espacios de difusión masivos, para brindar al mundo, la oportunidad de escuchar sobre la cotidianidad de las mujeres desde diversas perspectivas.

Finalmente, rescato de Gloria el siguiente fragmento, donde hace un llamado a que se levante la voz de diversas formas, en diversos espacios y sin filtros. Escribe para alzar la voz y expresar aquello que llevas dentro, no para vender o ser publicada: “Muchas tienen el talento de hablar pero no dicen nada. No las escuches. Muchas de las que tienen palabras y lengua no tienen oído, no pueden escuchar y no oirán. No hay necesidad de que las palabras se encarnen en la mente. Germinan en la boca abierta de una niña descalza entre las multitudes inquietas. Se secan en las torres de marfil y en las aulas de las universidades. Tira lo abstracto y el aprendizaje académico, las reglas, el mapa y el compás. Tantea sin tapaojos. Para tocar más gente, las realidades personales y lo social se tienen que evocar -no a través de la retórica sino a través de la sangre, la pus y el sudor. ‘Escribe con tus ojos de pintor, con oídos de músico, con pies de danzante. Tú eres la profeta con pluma y antorcha. Escribe con lengua de fuego. No dejes que la pluma te destierre de ti misma. No dejes que la tinta se coagule en el bolígrafo. No dejes que el censor apague la chispa, ni que las mordazas te callen la voz. Pon tu mierda en el papel’. No estamos reconciliadas con los opresores que afilan su gemido con nuestro lamento. No estamos reconciliadas. Busca la musa dentro de ti misma. La voz que se encuentra enterrada debajo de ti, desentiérrala. No seas falsa, ni trates de venderla por un aplauso, ni para que te publiquen tu nombre”.

En un mundo donde se están configurando nuevas rutinas y formas de convivencia debido a la contingencia sanitaria, es sumamente importante la tarea de la escritura, especialmente para resaltar los testimonios de las mujeres, de quienes, por un lado, no fueron contempladas las diversas problemáticas derivadas como resultado de la pandemia y, por el otro, de quienes los medios de comunicación callaron e invisibilizan movimientos en contra de la violencia para dar paso a noticias sobre la pandemia, y es que en el mundo hay una crisis que ha estado presente durante mucho tiempo, una crisis para la cual los gobiernos del mundo parecen no buscar una vacuna, los feminicidios, que tan solo en México de enero a agosto de 2020, se han incrementado en un 2.2 por ciento más con respecto al 2019.

De manera que les pregunto, ¿cuántas de nosotras hemos escrito nuestros pensamientos cotidianos en papel?; ¿cuántas dejamos el alma en el papel para relatar nuestro punto de vista de nuestra nueva cotidianidad?; ¿cuántas plasmamos las pérdidas con tinta?; ¿cuántas escribimos sobre esas madres que se dividen entre las tareas del hogar, el trabajo remunerado y el cuidado de los hijos?; ¿cuántas escribimos sobre el punto de vista de aquellas madres que no tienen donde dejar a sus hijos?; ¿cuántas escribimos sobre la cotidianidad?; ¿por qué no nos apropiamos de los espacios académicos escribiendo sobre ella?

Gloria Anzaldúa nos hace el llamado a plasmar nuestra cotidianidad en el papel, a plasmar nuestras voces en tinta, a reapropiarse de la escritura sin perder nuestras lenguas, sin perder nuestra cultura.

Mestizas en Nepantla: lo político y nuestras subjetividades

Noelia Correa García 4

Conocí a Gloria Anzaldúa por su libro Borderlands/La Frontera. No sé qué me impactó más, si su forma de escritura tan potente y visceral o el verme reflejada en muchas de sus palabras. También soy mestiza, en todo el sentido en que lo desarrolló Gloria.

El mestizaje es un concepto múltiple y controversial, por lo cual se vuelve imprescindible adjetivar. Una de las críticas más importante es que se lo ha querido utilizar en varios territorios de Latinoamérica como una política conciliadora y de blanqueamiento, que en el fondo invisibiliza la historia, las formas de vida y luchas de comunidades indígenas. Mientras que los discursos hegemónicos de lo civilizado, el desarrollismo y la modernización neoliberal se anclan en la ‘blanquitud’ tan aclamada desde el hecho colonial. El mestizaje también fue una herramienta política colonial de apropiación del cuerpo de las mujeres y del territorio. En los diferentes lugares donde la conquista y la colonización avanzó, llevó por delante estas formas de violencia. La historiadora argentina Dora Barrancos señala que el abuso sexual y el sometimiento por la fuerza constituyeron “un modo corriente de ser y existir en el nuevo continente. El mestizaje iberoamericano tiene la marca de origen de la violencia”.

Asimismo, existen otras formas de comprender el mestizaje desde lo político y Gloria nos ha dado pistas conceptuales para eso. Porque el mestizaje es un concepto que también encierra mucha potencia siempre que se lo entienda desde una mirada crítica y pluralista, que reivindique nuestra historia indígena y negra, que asuma nuestras contradicciones históricas que se hacen carne en nuestros cuerpos y sentir en nuestras subjetividades.

Silvia Rivera Cusicanqui nos habla de dos tipos de mestizajes: uno inventado desde el hecho colonial y reproducido a lo largo de la historia, y una segunda posibilidad de mestizaje refiere a quien puede hacer el acto descolonizador: vivir de su propio esfuerzo y no del trabajo de otros y otras, valorando y resignificando la memoria. Convive lo indígena y lo europeo, pero no se funden, se antagonizan o complementan, viviendo en cuerpo y pensamiento la contradicción, reconociéndola.

Gloria Anzaldúa, cuando habla de “la nueva mestiza”, propone una sujeta interdependiente, híbrida y en proceso, alejándose de las dualidades y de concepciones del ser humano como sujeto individual, esencial y puro. La mestiza para ella se convierte en un cuerpo político y una forma de vivir fronteriza que desafía los deber ser impuestos.

Así, el concepto desarrollado por Gloria de la sujeta mestiza es un concepto político, donde también somos mestizas quienes venimos de una clase social no privilegiada, es decir, quienes nos ubicamos por nuestra historia, nuestras condiciones y nuestras convicciones, en la clase trabajadora. Que nos movemos también en los márgenes, porque de ahí venimos. Y nos hemos colado en los espacios de producción de conocimiento, en las universidades, en la escritura, entre otros espacios que antes nos eran negados. Pero nuestra ubicación aquí siempre es política, porque comprendemos a estos espacios como espacios en disputa, como frentes de lucha, para también desde ahí aportar a producir conocimiento comprometido con la transformación social en busca vidas dignas de ser vividas.

Gloria Anzaldúa navegaba en la frontera como lugar de transición, así también transitaba el territorio Nepantla. Tal vez ahora, en nuestro actual momento histórico y con las circunstancias de pandemia, estemos atravesando de forma radical el territorio Nepantla. No únicamente como un lugar o momento histórico intermedio, sino también como una transición frente a lo desconocido, a lo incierto. Gloria dice: “Este choque nos traslada a Nepantla, un espacio psicológico liminal entre cómo habían sido las cosas y un futuro desconocido […]. Desgarrados entre diferentes maneras, intentamos encontrar algún tipo de armonía entre los remolinos múltiples y conflictuadas formas de ver el mundo”.

¿Cómo soportamos la incertidumbre? Tal vez, haciendo lo que hacemos, lo que nos enseñaron a hacer para seguir siendo funcionales, modificar algunas de nuestras prácticas y adaptarnos a las circunstancias. Pero cuando frenamos un momento la presión y el ritmo que el trabajo y el capital nos exige, llega el sinsentido. Parece que todo se suspendiera, que se descolocara.

Tal vez, también soportamos la incertidumbre por lo que nos sostiene, por los afectos, por las amigas, por las redes feministas, por ser parte y situarnos en lo colectivo, por alguna idea-fuerza que nos guía, por la poesía, por los gestos solidarios. Gloria dice: “Las transiciones son una forma de crisis, un evento emocionalmente significativo o un cambio radical de estatus. Durante la crisis el aislamiento existencial que todos experimentamos se exacerba. […] En este lugar caemos en el caos, en el miedo a lo desconocido, y nos vemos forzados a asumir la tarea de la autorredefinición”. Sobre los miedos. En estas circunstancias mis principales miedos son los contagios y las muertes, muchas de las cuales no son solo por Covid, sino por las condiciones de desigualdad que producen tantas vidas casi sin defensas, entendiendo las defensas no únicamente como defensas corporales sino como posibilidades de autodeterminación soberana en cuerpo y territorio.

Sobre asumir la tarea de autorredefinición. Tarea imprescindible. En menor o mayor medida ya lo estamos viviendo. La tarea de autorredefinición no se plantea únicamente en un plano individual, es algo que atraviesa todo lo social y, por ende, implica revisar nuestros proyectos colectivos. Momento de cierres y transformaciones. Vínculos que cambian, se fortalecen o se quiebran. Otra vez Gloria: “En Nepantla pasamos por la angustia de cambiar nuestras perspectivas y atravesar una serie de calles cruzadas, uniones y umbrales, algunos conducen a una forma diferente de relacionarse con las personas y el entorno y otros a la creación de un nuevo mundo. Las nepantleras como artistas / activistas nos ayudan a mediar en estas transiciones, nos ayudan a hacer los cruces y nos guían a través del proceso de transformación, proceso que llamo conocimiento”.

Recuerdo a Audre Lorde, quien celebraba las diferencias y la interdependencia entre ellas, entendiéndolas no como dominantes, sino como diferencias con fuerzas iguales que se reconocen. Será necesario crear puentes que nos ayuden a atravesar fronteras, fronteras históricas, fronteras políticas, fronteras de vida y tendremos que estar dispuestas a transformarnos en este tránsito. Así como lo expresó Gloria cuando dijo: “Está dispuesta a […] hacerse vulnerable a maneras extrañas de ver y de pensar. Renuncia a toda noción de seguridad, de lo familiar. Deconstruir, construir. Se convierte en nahual, es capaz de transformarse en un árbol, un coyote, otra persona”.

En Memoria: Celebrating Anzaldúa and “Doing Work that Matters”

Margaret Cantú-Sánchez 5

I was first introduced to Gloria Anzaldúa through her book, Borderlands, as a doctoral student at UTSA in 2008. For me Borderlands was indescribable, and reading it was an act of spiritualism-transforming my identity and world-reminding me of my past and inspiring me to challenge and shift my future. Since I was introduced to the writings of Gloria E. Anzaldúa as a graduate student I have been deeply immersed in her teachings and philosophies. She often guides my research and most importantly for me, my teaching. It has always bothered me that I was introduced to Anzaldúa so late in my education and I often wonder about those who might never be exposed to her writings. Because of this, I have made it my goal to introduce her work to as many students as possible. I believe her work transcends disciplinary borders extending to Composition, Literature, History, and beyond. My composition and literature students in particular respond to her seminal chapter, “How to Tame a Wild Tongue” with such enthusiasm and passion-often declaring that they too have felt their voices silenced. Through her words and stories, students see themselves, their families, languages, and cultures-and they encounter themselves in places like universities, where they do not often see themselves.

Anzaldúa encourages students and all of us to stop and think about ourselves, our world, and our connections to our world. I firmly believe her work is necessary today. Through her writing she has prepared us to encounter this new Nepantla, this space after the pandemic hit and before something new arises. We are now forced to consider not only our place in this world, but our identities, who we were before the pandemic hit and who we want to be when this is over. In looking to the path of conocimiento, Anzaldúa guides us to this understanding that our identities are always fluid, this remains true now more than ever because of our circumstances. She asks us to think about and confront our fears and society’s binaries and constructions as we enter Coatlicue and that is exactly what we as humans are forced to do. We are met with shifting realities, where we must confront our racist, sexist, classist past and present to re-envision a new role, a better one where we become the planetary citizen, part of all of humanity working together.

Most recently my research has shifted into the realm of anti-racism scholarship and ideologies which I believe Anzaldúa was proposing long before we suddenly discovered the idea of anti-racism. Her concept of conocimiento, the path one takes to achieve it is easily recognized in the work of anti-racist scholarship and is necessary to acknowledge that we cannot quite reach true consciousness without action what Anzaldúa calls spiritual activism. Anzaldúa has long called on us to engage in spiritual activism, to challenge racist and sexist ideologies in our world, even when it is a difficult thing to do as we are seeing with Black Lives Matter and other global protests.

In reflecting on Anzaldúa’s spiritual activism, I believe Anzaldúan scholars are being called to use her ideas and philosophies to put them into action and now more than ever is the time to “do work that matters.” In doing work that matters, yes, we must acknowledge as Anzaldúa often did that the ‘work’ will be difficult, but it is necessary if we hope to make a better one.

Desde los márgenes, abrir caminos, defender la vida

Samanta Zaragoza 6

Soy Samanta Zaragoza, feminista y docente de la Universidad Autónoma de la Ciudad de México, plantel San Lorenzo Tezonco (UACM-SLT), universidad ubicada en los márgenes de la ciudad, esos márgenes que Gloria nos enseñó a leer y a reconocer a través de otras coordenadas: sin pena, sin vergüenza, con orgullo.

Como nos invitaba Gloria, les comparto estas reflexiones desde mi cotidianidad. Mis primeros recuerdos de Anzaldúa me permitieron entender lo que significaban los márgenes en la academia. Durante mi proceso formativo en la maestría y en el doctorado, en el campo de conocimiento de los feminismos en el periodo que va del 2004 al 2012, su pensamiento no era parte del currículo. Sus aportes se hacían escuchar de manera discreta, en voz baja, en los pasillos, a través de la lectura de las copias de los textos que compartíamos entre estudiantes, pero no en el aula. Borderlands/La Frontera. La nueva mestiza (1987) fue mi primer acercamiento a la chicana, lesbiana y mestiza que me acercó al feminismo fronterizo y a la irreverencia que tanta falta les hacía a los feminismos en ese momento.

Tiempo después la encontré por primera vez, de manera visual, en una fotografía en la que sonreía como en la ilustración que hoy me acompaña y que corre bajo la autoría de Santino, estudiante de la UACM-SLT, que el día de hoy nos regala este pequeño homenaje a nuestra querida Gloria.

En esa imagen encontré una mirada que irradia al mundo. Mirada infinita, que abre caminos, posibilidades. Y entendí, después de conocer su pensamiento y su praxis, que las fronteras que establece la academia y que nos separan de otras Glorias, igual que las geográficas y geopolíticas, pueden ser transgredidas, reinventadas, cruzadas.

Hoy regreso nuevamente a mi casa de estudios y Gloria ha cruzado la frontera, la que ella denominó “frontera más allá”. Hoy está presente en las discusiones en aula, en las antologías, en las referencias, en las tesis, en los textos, en los discursos, en las conciencias, en los corazones.

Gloria no solo ha impactado mi trabajo de manera individual, sobre todo el que hemos construido de manera colectiva con Yolanda Pineda y Mariana Berlanga, docentes de la UACM, con las que coordino el Diplomado en Estudios Feministas desde América Latina.

La apuesta de ese espacio es conocer y analizar el pensamiento de las feministas de nuestra América, sus principales aportes teóricos, metodológicos-epistémicos-prácticos. Esos feminismos considerados de los márgenes: los negros, los chicanos, los indígenas, los comunitarios, los populares, arriba y hacia abajo, entre otros.

Las primeras discusiones entre las docentes que impulsamos el Diplomado giraron en torno a qué feministas o qué corrientes de los feminismos abordaríamos durante el curso y uno de los referentes obligados fue Gloria Anzaldúa, pero así también surgieron muchos otros nombres y otras escuelas. Los tiempos nos rebasaron al momento de hacer la planeación, toda vez que contábamos con pocas sesiones para profundizar en su pensamiento y decidimos poner en práctica lo que aprendimos de Gloria: construir un espacio feminista donde se redefinan las fronteras, un espacio de encuentro, de diálogo, de escucha, de creatividad, de alianzas entre docentes, activistas y estudiantes de diversas latitudes, universidades, razas, clases sociales, sexualidades, edades y conocimiento sobre los feminismos.

Y ya en clase, al escuchar los aportes, experiencias y apuestas de las participantes dimos cuenta de cómo la fuerza del encuentro entre mujeres trastoca las fronteras espaciales, raciales, sociales, culturales, lingüísticas, sexuales, de conocimiento sobre los feminismos y nos permite experimentar a la frontera “como un lugar de transición, de encuentro y de transformación”. Simbólicamente, en las sesiones del Diplomado Gloria Anzaldúa se hacía presente.

En tiempos Nepantla, y en clave Covid, que nos aleja de la familia, de lxs amigxs, de la comunidad, del trabajo, de la escuela se hace indispensable reforzar el trabajo que visibilice las contradicciones, pero al mismo tiempo hacerlas significantes. Desarrollar un tipo de trabajo comunal que, si bien ahora se dificulta en cercanía física, no en cercanía de energías, de sinergias, de creatividad, de ganas de transformarlo todo, como lo practicó Gloria.

El sábado 12 de septiembre la pinta colectiva “Por ellas y por todas” que se encuentra en las afueras de la UACM-plantel Centro Histórico, amaneció intervenida. Dicha pinta fue elaborada en enero del 2019 como respuesta de nuestra comunidad universitaria a la violencia feminicida que nos arrebató a las estudiantes Martha Karina Torres (asesinada el 11 de mayo del 2013), a Campira Camorlinga (asesinada el 31 de diciembre del 2016), a Nancy Lara (asesinada el 23 julio del 2018) y a Leslye Hernández (desaparecida el 10 de noviembre del 2018 y que aparece asesinada el 10 enero del 2019).

Al restituir el mural en tan solo nueve días, nuestra respuesta fue por la defensa de la vida. Más allá de defender una pinta, defendemos el uso de los espacios para denunciar las violencias patriarcales. Hicimos del arte urbano de los márgenes un medio en el que conviven, se manifiestan y representan identidades múltiples y diversas. Acá, el proceso fue la clave, más allá del resultado. ¡Gracias querida Gloria por inspirar tanto!

Ilustración de Santino, estudiante de UACM-SLT

Como practicantes de la magia de las contranarrativas…

Efrén Calleja Macedo 7

En LEM: Centro de Producción de Lecturas Escrituras y Memorias queríamos ser nepantleros pero no lo sabíamos. Nepantleábamos a tientas, como se nepantlea desde la incertidumbre existencial, la búsqueda trompicada y la práctica intuitiva.

Por ejemplo, en la descripción de LEM decimos que es un ecosistema especializado en la transmisión, el uso y la materialización de herramientas teóricas, prácticas, reflexivas y dialogantes en pro de que los ciudadanos, relean, documenten y difundan sus memorias, realidades y futuros. También aseguramos que para nosotros todas las lecturas y todas escrituras son indispensables, y que propiciamos un acercamiento multidisciplinario a las realidades personales y sociales en aras de reconocer y deconstruir la historia dominante para generar alternativas narrativas, emocionales y vivenciales.

Con todo esto, lo que tratamos de expresar es que nos interesa mediar, desterritorializar y acompañar el hacer ver de las narrativas periféricas, singulares, comunitarias, familiares. Esas que no habitan en el calendario de las grandes efemérides y, por el contrario, están arrinconadas, minimizadas por el peso de la Historia.

Con esa perspectiva, durante marzo-agosto de 2020 llevamos a cabo el primer diplomado en Memorias y Discursos Autobiográficos. Este programa fue impartido por doce especialistas que recorrieron los siguientes campos: el funcionamiento del cerebro; la capacidad mnemónica del cuerpo; las vertientes académicas de los estudios de la memoria; el uso de las omisiones y de las ficciones para reconstituir la historia; las conmociones afectivas de las epifanías y las posmemorias; los caminos del documental; los tonos testimoniales; los jirones evocadores de las migraciones y los exilios; el laberíntico camino del diario personal; los recuerdos y los olvidos de la violencia; el cruce entre las metáforas y la biografía escrita, y la metodología para estructurar un proyecto de memoria.

La migración y la mirada de género fueron los ejes transversales de todas las clases. También lo era la autohistoria, pero en ese momento no lo sabíamos. Justo en la sesión titulada “La ausencia del género en la historia oficial”, impartida el 4 de abril por la doctora Coco Gutiérrez Magallanes, apareció Gloria Anzaldúa con todas sus espinas, prieteces, espaldas, dibujos, certezas, dubitaciones, resistencias y poéticas. Emergió, desde este lado, como puerta de reingreso al continente zurdo. Fue estremecedor y convocante acercarse por primera vez a las prácticas desterritorializadoras, las perspectivas indisciplinadas y las potencias críticas de un discurso nacido desde la resistencia, pero empeñado en la construcción de otro mundo desde las incisiones.

Para dimensionar el deslumbramiento, vale la pena recuperar la definición compartida por la doctora Coco Gutiérrez Magallanes: “Nepantlera es un término que acuñó Gloria Anzaldúa para describir un cierto tipo de mediadora, ‘aquella que facilita pasajes entre mundos’, aquella que cruza puentes no-naturales. Las nepantleras viven dentro y entre múltiples mundos y frecuentemente realizan dolorosas negociaciones además de desarrollar lo que Anzaldúa describió como ‘perspectiva desde las fisuras’; Las nepantleras utilizan estas perspectivas para inventar teorías relacionales y holísticas que ayudan a inventar nuevos mundos y a transformar los mundos ya existentes”.

Ahí, en ese párrafo deslumbrante, nos imaginamos que podíamos reconocernos, que era posible tantearnos en ese nepantlear que apuesta porque todas las personas podemos privilegiarnos como puentes humanos y que, a su vez, cada ser puede adquirir el gozo doloroso de ser una puente columpiada por el viento, como diría la propia Anzaldúa.

Ahora, en LEM estamos en el proceso de explicarnos cómo responder a la llamada, asumir el compromiso y establecer una nueva agenda desde la comprensión de un hacer necesariamente ligado a un nosotros más amplio, múltiple, solidario, empático y transformador.

Para decirlo con brevedad: estamos aprendiendo a nepantlear desde la certidumbre de que el pensamiento-acción de Anzaldúa es vitalmente contemporáneo, y decimos contemporáneo desde la mirada de Agamben, es decir, como una postura que, en carrusel festivo de la época, nos obliga a enfrentarnos a la oscuridad de nuestro tiempo como algo que nos incumbe y no cesa de interpelarnos, algo que, más que cualquier luz, se dirige directa y singularmente hacia nosotros.

Desde esa contemporaneidad, esperamos que LEM como practicante de la magia de las contranarrativas pueda refrendar la visión de Anzaldúa para decir con pleno convencimiento: en el mundo zurdo nosotros con nuestras propias afinidades, y nuestra gente con las suyas, podemos vivir juntos y transformar al planeta.

Notas al pie:
1

Candace de León-Zepeda, a Tejana y Chicana feminista rhetorician, is Associate Professor of English at Our Lady of the Lake University in San Antonio. She serves as Chair of the Department of Undergraduate and Graduate English, and the Rubén M. and Verónica-Salazar Escobedo School of Mass Communications and Theater. She is co-editor of the new text Teaching Gloria E. Anzaldúa: Pedagogy and Practice for our Classrooms and Communities, which offers inspiring ways that educators apply Anzaldúa’s theories to the classroom and in the community.

2

Soy campesina, productora de café, guardiana de abejas, trabajo al lado de muchas mujeres. Originaria del estado de Veracruz, habitante del campo, en Piedra Parada, Cosautlán, trabajo, soy parte de una asociación civil (Vinculación y Desarrollo Agroecológico en Café, AC) VIDA. Resistiendo, luchando y defendiendo desde los cafetales, con la enseñanza de Gloria.

3

Estudiante de la licenciatura en antropología de la UNAM, especialidad en lingüística.

4

Feminista, uruguaya, psicóloga y maestra en Psicología Social; docente en la Facultad de Psicología de la Universidad de la República. Actualmente está viviendo en México cursando el Doctorado en Estudios Latinoamericanos en UNAM. Se encuentra finalizando la escritura de la tesis “Capitalismo, patriarcado y producción de conocimiento. Trazos latinoamericanos”.

5

Margaret Cantú-Sánchez is an Instructor of English at St. Mary’s University where her teaching and research focus on Latinx and Chicanx literature, cultural studies, and pedagogy. She often utilizes the theories of Anzaldúa in her research and teaching methods, calling on students to embark on a “path of conocimiento” in regard to their identity. Margaret is the co-editor of a recent publication utilizing the philosophies and ideologies of Gloria Anzaldúa as pedagogical strategies, titled Approaches to Teaching Gloria E. Anzaldúa: Pedagogy and Practice for Our Classrooms and Communities.

6

Doctora en Ciencias Sociales en el Área de Mujer y Relaciones de Género por la Universidad Autónoma Metropolitana, Unidad Xochimilco con la tesis “Las neozapatistas en el fotoperiodismo (México 1994-1996)”. Maestra en Estudios de la Mujer y Licenciada en Sociología también por la misma Universidad. Coordinadora de seminarios y conferencias sobre la situación de las mujeres en México. Coordinadora de diversos proyectos de combate a la violencia en el ámbito escolar dentro y fuera de la UACM.

7

Doctorando en Cartografías del Arte Contemporáneo (Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura), maestro en Gestión Cultural y Desarrollo Sostenible (Instituto Universitario de Investigación Ortega-Vasconcelos). Maestro en Diseño y Producción Editorial (Universidad Autónoma Metropolitana), Licenciado en Ciencias de la Comunicación (Universidad Veracruzana). Desde hace dos décadas conceptualiza, desarrolla y materializa proyectos de contenido para editoriales, instituciones gubernamentales, organismos descentralizados, festivales, ferias del libro, universidades, autores, museos, organizaciones internacionales, centros de salvaguardia del patrimonio y empresas de diversos ámbitos. Codirige LEM: Centro de Producción de Lecturas, Escrituras y Memorias, en Puebla, México.

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