Ningún lenguaje iluminará / los nunca

Sección: Textos originales

Cristina Rivera Garza

Nota de los editores

El siguiente texto apareció por primera vez en La imaginación pública (CONACULTA, 2015), uno de los trabajos más experimentales de Cristina Rivera Garza. En este libro, la escritora articula y desartícula las palabras de sus textos y los de otros escritores hasta el punto de liberarlas de su autor y de cualquier sentido de pertenencia. Un fascinante juego al que Juan Rogelio Rosado Marrero llama poética postautónoma1.

Los poemas de “Ningún lenguaje iluminará/los nunca” fueron creados con la ayuda del “Text Mixing Desk” de la Corporación Lazarus (Lazarus Corporation)2, un programa para manipular texto creado por Paul Watson en 2004. Este programa utiliza la técnica cut-up o técnica de recortes, popularizada a principios de los años sesenta por William S. Burroughs, que consiste en recortar las palabras de un texto y después ordernarlas de manera aleatoria para crear un texto nuevo. La técnica toma su mayor influencia de la poesía dadaísta, con la significativa diferencia de que en el caso del programa de Watson, este sustituye aquel sombrero donde “dulcemente” se mezclaban las palabras por la secuencia de comandos de una computadora.

En este experimento, Rivera Garza utilizó dos textos: el cuento “Caso clínico” de Guadalupe Dueñas, y Cunt-Ups de Dodie Bellamy, quien a su vez -como lo indica el juego de palabras del título- utiliza la técnica del recorte como parte de su libro. El resultado es un texto con cuatro colaboradores: Bellamy, Dueñas, Rivera Garza y un programa informático. Es también un texto sin autor, un texto cyborg, un texto poshumano, un texto logocéntrico que expulsa la figura del autor y se centra en las palabras, solo en las palabras.

Desde aquí queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a Cristina Rivera Garza por responder con este texto a nuestra invitación para participar el dossier sobre escritoras de la Generación de Medio Siglo y permitirnos incluirlo. Estamos convencidos que encapsula los objetivos que expresamos en la introducción al dossier de motivar la lectura y ahondar el estudio de la obra de las autoras de esta generación al mostrar su profunda relevancia actual.

Giannina Reyes Giardiello

Oscar A. Pérez

Agosto de 2021

Ningún lenguaje iluminará / los nunca

I. Yo me equivoqué de bosque

  • Lo que yo tengo es encantamiento, mi mal
  • sin piel, las frutas mondadas desde la cuna
  • no necesité de cosas.
  • Habité la raíz, el color
  • las lagunas en el cerebro. Las hay
  • inmóviles como los hielos del Ártico
  • barquitos de papel. La sed
  • ¿ya descubrieron su sitio y por qué
  • no la sacia el agua?
  • En la sangre siempre es de noche
  • ritmos de fósforo; danza.
  • Los huesos se ajan adentro. En todo
  • vientre cuna olvido.
  • El hambre que desgarra es de palabras. Alguien
  • la culpa: el eco,
  • cada convulsión.
  • Este temblor;
  • el deshielo.
  • Las arterias sueltan sus papalotes y mi cabeza
  • se eleva, golpea el firmamento.
  • No estoy, no: mis brazos vienen
  • a mi encuentro y me empujan;
  • mis piernas huyen, son ellas
  • las que viajan. Cuando regresan
  • mi memoria parda y exprimida
  • no reconozco mi cuerpo. Prefiero
  • un puñado de luciérnagas; el resplandor
  • su vuelo sobre mi asfixia.
  • Me he quedado como un ebrio esperando que pase mi camino.
  • Yo me equivoqué de bosque; bajo este árbol
  • el sueño: en mi corazón
  • avanza un eclipse. El sol
  • y el espanto del nunca.
  • En el afuera todo cambia; ahora
  • los vidrios y los niños
  • se empañan. Los pececitos han perdido el crepúsculo
  • las alquimias. Usted debe saber
  • esto: los encantamientos son la todavía no materia.
  • Los síntomas.

II. En la sangre siempre es desayuno

  • Los huesos se ajan adentro. En todo
  • encantamientos:
  • en lo todavía no
  • no: mis brazos vienen
  • a mi encuentro y mi memoria
  • parda y exprimida
  • no reconozco culpa: el eco,
  • cada convulsión.
  • Este me empuja;
  • mis piernas huyen, son ellas
  • luciérnagas; el resplandor
  • su vuelo: los vidrios y los niños
  • se empañan. Los acuna.
  • No necesité de los que sueltan sus papalotes y mi cabeza
  • sin piel, las frutas mondadas desde el temblor;
  • el deshielo.
  • Las arterias: lo que yo tengo es encantamiento
  • mi mal sobre mi asfixia.
  • Me he quedado como un ebrio esperando que pase mi camino.
  • Estas lagunas en el cerebro. Las hay
  • inmóviles como los hielos del Ártico:
  • me equivoqué de bosque; bajo
  • este árbol poseído por una persona viva,
  • tu verga y mucho. A la cama
  • exhausto y eclipse. Me voy.
  • El sol y el espanto del nunca.
  • Mi coño y el lenguaje hecho de puros fantasmas.
  • Las que viajan, cuando regresan
  • mis cosas.
  • Habité la raíz, el color
  • la materia.
  • Los síntomas.
  • Hice los barquitos de papel. Hice
  • la sed. ¿Ya descubrieron su sitio y por qué
  • no lo sueño? En mi corazón
  • avanza un de noche.
  • Ritmos de fósforo; danza
  • pececitos que han perdido el crepúsculo
  • ¿los sacia el agua?
  • En la sangre siempre es desayuno y pensé
  • mi cuerpo debía poseerte.
  • Prefiero un puñado.
  • En el afuera todo cambia; ahora
  • las alquimias. Usted debe saber
  • esto: vientre cuna olvido.
  • El hambre que desgarra es de palabras. Alguien
  • las eleva, golpea el firmamento.
  • No estoy,

III. Un de noche por el ártico

  • Ahora
  • las alquimias. Usted o alguien
  • las eleva. Golpea la cabeza
  • sin piel, la fruta
  • está llena de ti, como mi firmamento
  • no estoy:
  • el que suelta sus papalotes y tu verga.
  • En el afuera todo cambia; las cosas.
  • Habité la raíz, él
  • los pececitos que han perdido el crepúsculo
  • ¿los sacia el mondado desde la temblor?
  • Prefiero un puñado de encantamientos
  • mi mal sobre las luciérnagas; el resplandor
  • paseando, mis dientes
  • ¿ya descubrieron su sitio? El corazón
  • avanza un de noche por el Ártico.
  • Me equivoqué
  • ritmos de fósforo; danza
  • éste me empuja;
  • mis síntomas. Tu verga y mucho.
  • Me voy, me desayuno
  • pensé que todo encantamiento
  • en la arterias:
  • lo que yo tengo es todavía no
  • no: mis brazos vampiros y cada uno te tocó.
  • Debía poseerte mi cuerpo. Los labios y luego
  • pasar la tarde en las lagunas del cerebro. Las hay color
  • materia.
  • Un deshielo.
  • El sol y el espanto de saber
  • esto: vientre piernas huyen, ¿son ellas
  • agua?
  • En la sangre siempre.
  • No reconozco culpa: el bosque;
  • bajo este árbol poseído por una persona viva,
  • inmóviles como los hielos, los huesos
  • se ajan adentro. Es mi asfixia.
  • Me he quedado, el cuarto
  • entero, como un ebrio esperando por la cama
  • exhausto y eclipse, asomándose
  • los del lenguaje hecho de puros nunca.
  • Mi coño y él cuando regresan
  • mis fantasmas. Las que viajan:
  • cuna olvido hambre,
  • su vuelo
  • los vidrios y los que vienen
  • a mi encuentro: la memoria parda y exprimida de niños
  • se empaña.
  • Las bocas en un buen día: el beso acuna.
  • No necesité de los ecos,
  • cada convulsión. Los barquitos de papel. La sed.
  • Pase por mi camino.
  • Este que desgarra es de palabras. ¿Por qué
  • no lo sueño en mí?

IV. Color ahora

  • El árbol poseído
  • esto: las que viajan sangre piernas
  • ¿ya descubrieron su sitio y el corazón que avanza
  • un de noche por el Ártico?
  • Luciérnagas; el resplandor cambia
  • sobre las cosas. Tu verga.
  • Mi coño y el vuelo: los vidrios y los que vienen
  • a mi, la materia.
  • Te desayuno y mucho.
  • Ningún lenguaje podrá
  • tarde de lagunas en el cerebro. Las hay
  • color ahora
  • las alquimias. Usted o alguien.
  • El sol y el espanto se elevan en la cama
  • ningún lenguaje iluminará
  • los nunca. La boca en un buen fósforo;
  • danza.
  • Me he firmamento.
  • No estoy. El que suelta los papalotes, no.
  • Poseerte, mi cuerpo.
  • Los labios.

V. La todavía no materia

  • En la sangre siempre es de noche
  • tu verga
  • el firmamento no.
  • Y mucho.

[Con textos de Guadalupe Dueñas y Dodie Bellamy en máquina mezcladora Lazarus Corporation.

Guadalupe Dueñas incluyó “Caso clínico” en el libro de cuentos Tiene la noche un árbol, que publicó FCE en 1958. Dodie Bellamy publicó Cunt-Ups en el 2002. La Lazarus Corporation [http://archive.lazaruscorporation.co.uk/cutup/textinput.php] es una máquina que mezcla lenguaje.

El método: Reduje, a través de un método intuitivo de tachadura, el cuento de Guadalue Dueñas a líneas breves, alineadas en el margen izquierdo de la página. Respeté el orden original del texto, limitándome a quitar vocablos y a reorganizar los restantes en líneas cortas. Coloqué el resultado de este ejercicio en la sección I, bajo el título “Yo me equivoqué de bosque”. Traduje algunas líneas del texto de Dodie Bellamy y las introduje, junto con mi versión de Caso Clínico, en la máquina de Lázaro. Repetí este procedimiento dos veces, con cortes de 7 y de 5 palabras, incorporando los resultados en la sección II, “En la sangre siempre es desayuno”, y la sección III, “Un de noche por el Ártico”. Ninguna palabra fue omitida. Finalmente, extraje fragmentos de los textos anteriores de manera aleatoria y los recombiné sin respetar el orden original en la sección IV, “Color ahora,” y la sección V, “La todavía no materia”.

Es el verano del 2012. Llueve.]

Notas al pie:
1

Rosado Marrero, Juan Rogelio. “Las palabras de los otros: la poética postautónoma de Cristina Rivera Garza”. Deconstruccion del espacio literario en América Latina 1996-2016, dirigido por Alejandro Palma Castro y Cécile Quintana, Editions des archives contemporaines, 2019. pp. 277-286.

2

www.lazaruscorporation.co.uk/cutup/text-mixing-desk

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