Mujer y prensa periódica en el noreste de México, 1850-1950

Sección: Reseñas
Sobre los autores:
  • Margo Echenberg 1
  • 1  Tecnológico de Monterrey

Kabalen Vanek, Donna Marie y María Teresa Mijares Cervantes, eds. Mujer y prensa periódica en el noreste de México, 1850-1950. Monterrey: Tecnológico de Monterrey / Fondo Editorial de Nuevo León, 2021. 246 pp. ISBN 978-607-8485-71-0


Sin duda, como explican Donna Marie Kabalen y María Teresa Mijares, editoras de Mujer y prensa periódica en el noreste de México, 1850-1950, aún resulta muy limitado el conocimiento que tenemos de la historia cultural en esa región y más cuando se trata de la historia cultural de las mujeres. Si bien es cierto que “el siglo XIX es el de la mujer lectora y del auge de las publicaciones femeninas, escritas por hombres y mujeres para mujeres” (11), sigue entonces que estudiar la forma en que durante ese siglo se multiplican las publicaciones periódicas, dentro y fuera de la Ciudad de México, resulta un prisma para entender la participación creciente de las mujeres en ámbitos tanto sociales como culturales. Esta compilación de siete capítulos es una excelente introducción a la presencia y participación de la mujer en la publicación periódica del noreste del país en un periodo de cien años. Presenta dos objetivos igualmente loables: por una parte, es una fascinante tarea de recuperación (de publicaciones, escritoras, editoras y archivos); por la otra, es una invitación a explorar archivos poco conocidos para indagar y estudiar las aportaciones de las mujeres en la historia cultural de la región y su presencia y participación en la prensa periódica que circuló entre 1860 y 1950 en el noreste de México. En las publicaciones periódicas se puede apreciar las dialécticas entre estructuras culturales tradicionales y los cambios políticos, sociales y culturales que tuvieron lugar en la segunda mitad del siglo XIX y la primera del siglo XX. Como tal, este volumen inicia con la recuperación de un archivo, hospedado en bibliotecas y colecciones en ambos lados de la frontera, que abre una amplia gama de posibilidades para investigadores tanto desde miradas disciplinarias como inter y multidisciplinarias. Otro proyecto editorial y bilingüe de las mismas editoras titulado Women and Print Culture: A Critical Exploration of the Archives of the Border Region of Mexico and the United States (2021) recalca la importancia del carácter transnacional de las investigaciones en la zona, así como de la prensa periódica de la región.

Los ensayos escritos por investigadores de la zona incluidos en Mujer y prensa periódica en el noreste de México, 1850-1950 ofrecen visiones panorámicas con el contexto necesario para apreciar el archivo y, en otros casos, aproximaciones a publicaciones regionales; tal vez no todos los capítulos agreguen el mismo valor (algunos capítulos son más descriptivos que analíticos), pero el efecto culminante logra su cometido. La lectura del volumen da fe de la importancia de la memoria histórica, la revisión de archivos y la historia de publicaciones periódicas y de la mujer en los estados de Coahuila, Nuevo León, Tamaulipas, muchas veces ignoradas, ninguneadas o desvaloradas frente al crecimiento económico, la aportación más significativa de la región, cuando menos en el discurso nacional.

La colección bajo la lupa en estas líneas explora la evolución de la dupla prensa y mujer y se detiene en las diferentes etapas de ser lectoras, escritoras y, en pocos casos, editoras y tomadoras de decisiones. Si bien los primeros pasos en la zona se dan hasta la década de 1860, “para 1890, la voz femenina del noreste participaba en la prensa periódica no solamente como lectora y escritora colaboradora, sino también como editora y directora de proyectos de prensa periódica” (12). Asimismo, hay un intento de trazar y situar los procesos evolutivos de aparición (producción del texto), circulación (diseminación entre lectoras), y recepción (lectura de los textos). Es de notar que dicho proceso se puede trazar en el tipo de textos publicados pensando en mujeres o producidos por ellas descubiertos en estos archivos: poesía y textos literarios, consejos para mujeres sobre el buen manejo de la casa y, ya casi entrado el nuevo siglo, más presencia de ensayos.

El primer capítulo, a cargo de Blanca Lilia Dávalos, nos adentra en una visión histórica del noreste con énfasis en la participación de las mujeres en la región, desde la guerra con EE. UU., en 1846, hasta el año en que pudieron votar y ser votadas a nivel nacional en 1953. Explica cómo la participación de mujeres como soldadoras, curanderas, escritoras y sufragistas en la zona ha sido eclipsada en parte por el énfasis en el estudio del desarrollo económico de la región, sobre todo a partir de 1865 cuando se transformó Monterrey en entidad industrial. El contexto histórico sienta las bases para todo el volumen dado que desde una perspectiva de historia social, el desarrollo de la cultura impresa va de la mano con el desarrollo económico. Asimismo, el lector se beneficia del recorrido de la prensa periódica en Nuevo León, desde sus comienzos en 1813 con la llegada de la imprenta, la publicación del Periódico Oficial a partir de 1826, su crecimiento significativo durante el Porfiriato (1877-1911), y su permanencia -trastocada- en el periodo revolucionario y pos-revolucionario. Dávalos también traza la creciente participación de las mujeres en la prensa periódica en un recorrido que abarca cien años. Sin duda, La Violeta se destaca como un semanario que no sólo contemplaba mujeres lectoras y escritoras, sino que fue dirigido por Ericilia García y María Garza González. Este material de archivo importante, anteriormente en una colección privada y ahora hospedado en bibliotecas (de manera digital en University of Houston y dentro de poco en físico en la Biblioteca Cervantina en Monterrey, Nuevo León), pronto se dará a conocer más en el archivo abierto de Humanística para facilitar la merecida atención de investigadores e investigaciones actuales y futuros.

“La participación de la mujer regiomontana en la prensa periódica: de 1860 al cambio de siglo”, de María Teresa Mijares, considera la aparición, circulación y recepción de la prensa periódica como una dinámica en la que participan varios actores, así como el proceso por el cual la mujer regiomontana de los grupos privilegiados se integró en esta dinámica durante un periodo de 40 años. Mijares revisa seis periódicos en existencia de 1864 a la década de 1880 para trazar tres etapas de las mujeres como lectoras, escritoras y colaboradoras y, finalmente, como editoras y responsables de publicaciones periódicas. Es notable que la constitución de una clase burguesa en Monterrey que empieza a formarse en 1860 y se consolida para fines del siglo resulta el componente decisivo para explicar los cambios económicos y sociales, entre estos el desarrollo de las mujeres en la prensa periódica y como ésta se vuelve a su vez portavoz de valores e ideas imperantes en la sociedad regiomontana. “Conocer el proceso a través del que las regiomontanas incursionaron en el espacio de la palabra impresa permite también apreciar la participación femenina en la vida cultural del periodo y reconstruir algunas de las ideas que operaron en la vida cotidiana de Monterrey” (80-81), entre ellas ideas sobre la educación de la mujer y su función social. Este capítulo documenta proyectos editoriales como La Violeta (1887-1894), así como otros que se han perdido como El Jazmín, editado por Miguel F. Martínez, pero dedicado a mujeres y escrito casi en su totalidad por mujeres.

En su capítulo, Carlos Alberto Sifuentes Rodríguez examina los papeles de las mujeres como lectoras y escritoras, así como el impacto en la región del periódico tamaulipeco El progresista en el periodo 1895-1910. Esta publicación se muestra ilustrativa para comprender los imaginarios culturales imperantes sobre roles de mujeres como esposas, madres e hijas en el noreste de México. El texto de Sifuentes contribuye a llenar algunas de las lagunas en la historia de la prensa periódica en el país que perduran pese a que Tamaulipas se vio fortalecido durante el Porfiriato en términos de comunicación y crecimiento económico. En ese sentido, la diseminación de modelos culturales que circulaban en México tuvo réplica en la frontera norte y se nota la preocupación por la educación de la mujer, misma que se traduce en la publicación de textos literarios, tanto clásicos (Cervantes, Víctor Hugo), como contemporáneos (Luisa Godoy, Laura Méndez de Cuenca).

La aportación de Griselda Zárate es un análisis semiótico-discursivo del periódico El Tulteco, publicado en Tula, Tamaulipas, de 1905 a 1910. Su estudio examina textos representativos, escritos por hombres y mujeres en torno al tema de la mujer, a partir de los conceptos de subjetividad femenina, espacio y transnacionalismo. Sus listados del corpus de publicaciones sobre y escritos por mujeres, posicionan este volumen como un recurso para futuras investigaciones. Destaca que, pese a presentar una visión predominantemente conservadora del imaginario de lo que debe ser la mujer, El Tulteco también publica algunas posturas anti-capitalinas y textos de vanguardia. Las miradas transnacionales que cruzan la frontera México-Estados Unidos permiten que a partir de 1905 se nota quizás no un discurso de emancipación, mas sí un énfasis en la dignificación de la mujer. Zárate explica que abogar por los incipientes derechos femeninos “toma forma dentro de los cambios políticos, sociales y culturales que se produjeron en México y en general, y también en la frontera norte durante esos años. El Tulteco, como foro de discusión de Tula y la región, resulta ser un espacio semiótico y transnacional que abre las puertas a la subjetividad femenina en la prensa por medio de los textos que publica” (138-139). El periódico también es un espacio de expresión para escritoras transnacionales radicadas en EE. UU. como es el caso de Andrea Villareal González, exiliada en 1904 por sus críticas del Porfiriato.

Donna Marie Kabalen examina la imagen de la mujer en tres revistas de Monterrey del siglo XX: La Revista Contemporánea (1909), La Semana. Revista Gráfica y de Literatura (1917-1921) y Azteca (1921-1924). De acuerdo con la autora, estas tres revistas “representan el florecimiento de las publicaciones culturales en Monterrey […] que tradicionalmente se relacionaba con la industrialización y no destacaba por su cultura” (166, 168). Concluye que los directores, redactores y autores que contribuyeron con sus esfuerzos a estas publicaciones en aras de levantar el mundo cultural de la zona procuraban incluir textos dirigidos a la mujer lectora y textos escritos por mujeres. Se trata de un estudio de la promoción cultural en la región mediante la publicación de obras literarias, mas cuando la vista se detiene en las mujeres en estas tres revistas, su presencia y participación resulta ser muy poca. En dichas publicaciones las mujeres figuran como adornos principalmente y se refuerzan actividades identificadas tradicionalmente con las mujeres, entre ellas corte y confección, canto y baile. Si bien las mujeres brillan por su ausencia, el capítulo invita al lector a seguir explorando cómo se propaga la divulgación y recepción de obras literarias en Monterrey pese a la actividad literaria de mujeres dentro y fuera de México que sabemos publicaban en otros foros de la época.

En “El periódico lagunero como espacio de representación de la mujer: 1920-1950”, Enriqueta Guadalupe del Río Martínez considera cómo, mediante la participación y representación de las mujeres en El siglo de Torreón, la mujer mexicana y coahuilenses ganó espacios de representación en el ambiente cultural y artístico al paso de las tres décadas entre 1920 y 1950. A diferencia de las revistas revisadas por Kabalen, esta publicación incluyó obras escritas por mujeres y difundió crítica sobre otras, impulsando de esta manera a otras escritoras. Aquí hallamos la publicación de la obra de Gabriela Mistral, que corresponde con su llegada a México en 1922, así como el estudio de su obra a partir de la década de los ’30 en la academia estadounidense, marcando otro vínculo transnacional e iluminando el interés por la poeta chilena en la zona de la frontera norte. Los versos de otras poetas de renombre hispanoamericanas y mexicanas se pueden leer en El siglo de Torreón, entre ellas Laura Méndez de la Cuenca, Esperanza Zambrano y María Grever y, en la década de los años cuarenta, las más conocidas hoy en día: Concha Urquiza, Laura Godoy, Dolores Castro, Guadalupe Amor y Enriqueta Ochoa. Además de poesía a cargo de mujeres, el periódico incluía notas sobre belleza y moda e información sobre cine nacional y extranjero. Para ilustrar el papel de las mujeres en el periodismo de los años 1930, se presenta el caso de Catalina D’Erzell cuyas perspectivas principalmente conservadoras se muestran vacilantes como se evidencia en sus posturas sobre los roles de género, el sufragio y la emancipación de las mujeres. El giro de filosofía clínica incluido en este capítulo me pareció una distracción; había material suficiente con el cual trabajar sin forzar esta lectura, en particular el trazar las ideas de una sociedad cambiante y una fascinante evolución para aceptar poetas mujeres primero canónicas y luego nacionales e incluso locales.

El capítulo que cierra el volumen está a cargo de Paulo Alvarado quien con “Recepción y escritura de mujeres en El Porvenir de Monterrey, 1935-1948: Josefina Niggli y Adriana García Roel” sigue con la indagación en participaciones concretas de escritoras individuales. El Porvenir, publicación todavía en circulación hoy, en sus orígenes paradójicamente “escribe sobre escritoras a quienes no permite escribir” (216). Las noticias de su actividad literaria se difunden, mas no su obra y los lectores aprenden de sus vidas en lo comunicado en las páginas de los eventos sociales de la publicación. Cuando Alvarado examina la presencia en la publicación de las dos escritoras regiomontanas, descubre que Niggli solamente es objeto de crítica literaria y a García Roel le publican sólo un cuento, mismo que estudia destacando sus toques modernistas, naturalistas y criollistas. Al finalizar, este capítulo agrega al esfuerzo de divulgar materiales poco conocidos cuando incluye las semblanzas de las catorce escritoras mencionadas en las páginas del periódico.

Pese la tardía aparición de la prensa periódica en manos de mujeres en Monterrey, para 1880 ya estaba a la par con otras regiones del país. Este dato amerita indagar en los archivos y publicaciones que revelan cómo ocurrió tal transformación y de qué modo su exploración ayuda a comprender mejor el rol de la prensa periódica en los cambios y luchas sociales de la época en la región y concretamente en la historia cultural de las mujeres. Resalta que algunos estudios de Mujer y prensa periódica en el noreste de México, 1850-1950 son los primeros en hacer investigaciones documentales para aprender más sobre el papel de las mujeres en las escrituras regionales. Punta de lanza en las tareas de recuperación de la presencia de las mujeres en la prensa periódica del norte y una invitación a realizar nuevas exploraciones del archivo y las lectoras, escritoras y editoras que lo habitan, este volumen nos reta a seguir indagando.

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