Humanística. revista de estudios críticos y literarios invita a la comunidad investigadora a enviar artículos para este dossier, coordinado por David Loría Araujo (david.loria@modelo.edu.mx) y Ana Cecilia Aguilar Vega (anace.aguilar27@gmail.com).  

 

El mundo que compartimos nos demuestra una y otra vez que las agencias sobre la Tierra no son únicamente humanas. No obstante, muchos elementos vivientes y no vivientes que se escapan de la escala antropocéntrica son ignorados, se dan por sentado o pasan desapercibidos. Por un lado, fuerzas inconmensurables como las telúricas o meteorológicas no son vistas hasta que su imprevisibilidad atenta contra los intereses del capital. Por otro lado, la acción de los microorganismos, elemental para los ciclos de vida, es omitida por invisible desde el régimen escópico de lo humano. 

Ciertos textos literarios, como nos recuerda la ecocrítica desde los años noventa, maniobran con el lenguaje para reconocer y visibilizar la agencia planetaria de estos seres, así sean gigantes como las montañas o diminutas como las lombrices. Procesos como la erosión o el sismo ocurren precisamente por la acción y efecto de dichos seres cuya huella e interrelación, por muy grande o pequeña, parece obvia. En ocasiones, para acceder a la comprensión de estas entidades, así como al registro de sus efectos, las escritoras y los escritores recurren a modalidades narrativas que se distancian de los mecanismos realistas. Por lo tanto, el llamado a este número especial de Humanística indagará en las narrativas escritas en español que conjuntan las figuraciones de lo ínfimo o lo inmenso con las narrativas no miméticas desde distintos marcos teóricos, conceptuales y metodológicos.  

En textos ya clásicos como “Las islas nuevas” (1939) de María Luisa Bombal, o “El último verano” (1977) de Amparo Dávila, se observa, respectivamente, la agencia de islotes que aparecen y desaparecen misteriosamente, o bien, de gusanos siniestros que hostigan a la protagonista hasta la locura. En textos más recientes, como Nuestra piel muerta (2019), de Natalia García Freire, así como Mugre rosa (2020), de Fernanda Trías, los insectos y las algas adquieren un papel preponderante en el desarrollo de la historia; y en Las voladoras (2020) de Mónica Ojeda, o No es un río (2020) de Selva Almada, las montañas y los cuerpos de agua son tan solo a primera vista espacios y, en una capa más profunda, agentes narrativos trascendentales para el desarrollo de la historia. 

Siguiendo estas líneas, nos interesa en particular el trabajo en relación con las siguientes temáticas: 

 

  • Representaciones de la naturaleza viviente y no viviente a través de los estudios de la ecocrítica, el ecofeminismo, o las críticas al antropoceno, el capitaloceno y otras corrientes  
  • Narrativas no miméticas: lo fantástico, el terror, lo gótico, lo siniestro, la ciencia ficción  
  • Narrativas de lo inusual (Alemany, 2016); discursos de irrealidad (Morales, 2019), literaturas del descontento realista (Amatto, 2020); modulaciones de lo insólito (Bocutti, 2020)  
  • Figuraciones o poéticas de lo inmenso: lo telúrico, lo meteorológico, lo climático, lo orográfico, lo hidrográfico, lo oceánico, en novelas, cuentos y crónicas publicados en los siglos XX y XXI 
  • Figuraciones o poéticas de lo ínfimo: lo microbiótico, lo entomológico, lo fúngico, lo botánico, lo protista, lo residual, en novelas, cuentos y crónicas publicados en los siglos XX y XXI  

 

Serán bienvenidos los estudios originales, no publicados con anterioridad ni que estén siendo evaluados por otras revistas. El plazo de recepción de artículos termina el 13 de septiembre de 2024

 

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